HALLAN A EX COMBATIENTE DE MALVINAS
Cuando el mundo es una isla
Casi treinta años después de la Guerra de Malvinas, un grupo de ex combatientes localizó a un compañero que había sido dado por desaparecido. El antiguo soldado, con sus facultades mentales alteradas, vive de forma precaria en un campo de la provincia de Entre Ríos.
El hallazgo se produjo de forma casual, cuando las autoridades y grupos de ex combatientes ya habían renunciado a dar con su paradero. Según consigna el porteño Diario Perfil, Un grupo de veteranos de Malvinas dio con la pista de Francisco Fherembacher, Cabo 1º de la Armada durante una visita a una escuela de la localidad entrerriana de La Criolla.
El titular del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Concordia, Guillermo Pérez, explicó que una delegación de la mencionada entidad se encontraba en la escuela, donde un aula recibiría el nombre de un ex combatiente. Durante la visita, uno de los alumnos dijo conocer a "Fherenbacher, pero es veterano de guerra únicamente cuando está loco".
Las palabras del niño sorprendieron a los veteranos de guerra, quienes se apuraron a explicar que el Cabo Fherenbacher había sido buscado infructuosamente durante años.
A partir de ese momento, la historia del Cabo, quien fuera sub oficial maquinista de buque destructor "Comodoro Py" durante la conflagración, ofrece sus ribetes más dolorosos y has absurdos. Una historia que contrasta ya clásicas historias de soldados japoneses, que permanecían escondidos en la selva, creyentes de que la guerra continuaba. Porque el marino argentino no estaba escondido a ninguna parte, y no fue encontrado hasta ahora porque su búsqueda naufragó a causa de errores de registro, falta de recursos y quizá debido a cierta dosis de indolencia.
Según Guillermo Pérez, la búsqueda del Cabo fue infructuosa porque el militar estaba registrado en la provincia de Corrientes, y a nadie se le ocurrió buscarlo en su lugar natal, los campos de su familia situados en Entre Ríos, cerca de Concordia. Para colmo de males, los registros manejados por la Armada incurrían en un doble error: una hache fuera de lugar en el apellido, y varios dígitos equivocados en el documento de identidad.
Hoy Fherembacher tiene 57 años de edad y vive solo en un precario refugio que está en el medio de una quinta cítrica abandonada que sería propiedad de su familia, consigna el mencionado periódico. Los ex combatientes que lo buscaban se acercaron al refugio del marino "y nos presentamos como veteranos de guerra", señaló Pérez. A lo que Fherembacher "con voz ronca, media apagada y de manera tosca nos dice: yo también soy veterano de guerra, y le decimos ya lo sabemos Fherenbacher, por eso nosotros venimos a contactarte".
Abatido y con sus facultades mentales alteradas, "tuvo un momento de alegría cuando reconoció a Piedrabuena que fue compañero de él y habían comido cordero juntos". Perez añadió que el antiguo maquinista vive solo sin agua ni luz en su rudimentaria vivienda, "come porque un hermano le lleva la comida, porque después vive solo ahí en el monte".
Del breve y confuso diálogo que mantuvieron con el marino, los veteranos captaron una gran tristeza por la muerte de varios de sus compañeros, ahogados durante el hundimiento del buque General Belgrano, torpedeado por un submarino británico.
