Y he aquí, vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Ap

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viernes, 27 de mayo de 2011

EL ENGAÑO Y LA MENTIRA



 

Éxodo 20:16     “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” 
Levítico 19: 11 “y no engañaréis) ni mentiréis el uno al otro”
Colosenses 3: 9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”

Introducción

La mentira es uno de los pecados más generalizados en nuestra sociedad, hasta tal punto que la conciencia de muchos cristianos  se ha insensibilizado y debilitado con respecto a este pecado.
Mucha gente cree que es imposible vivir sin mentir, por esa razón la mayoría se justifica al hacerlo, pero toda justificación es ilusoria y carece de todo fundamento, pues la falsedad y la mentira son inmorales y contrarias a la conducta que Dios requiere de sus hijos.

1. ¿Qué es la mentira?

La mentira es la afirmación o negación de una cosa, cuando en realidad es diferente o contraria a la verdad.
Su esencia es el engaño al prójimo y su gravedad depende del grado de egoísmo o maldad que la engendra.
Es una manifestación de la naturaleza caída del hombre.
Puede ser una expresión espontánea, como una salida o recurso fácil en un momento concreto, o un engaño fríamente calculado o premeditado. Es decir, puede ser generada por una actitud descuidada y fantasiosa en nuestro modo de pensar  y de hablar o por un engaño deliberado.
Mentir se convierte fácilmente en un hábito, hasta el punto de volver casi insensible la conciencia del mentiroso.
Este es un pecado que se manifiesta desde los primeros años de vida. Debemos acostumbrarnos a decir siempre y de forma intencionada la verdad y acostumbrar a los niños a ser veraces desde pequeños.
Dios condenó este mal tan común en la sociedad desde el principio y así lo manifestó en los diez mandamientos:
Éxodo 20:16     “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”
Uno de los frutos más evidentes de nuestra conversión a Cristo es dejar de mentir.
La falsedad y el engaño son muy perjudiciales en la relación entre los discípulos de Cristo. Fomenta la desconfianza, el recelo, la duda, la incredulidad y la sospecha.
Además destruye la comunión y el clima de fe, de amor y de unidad y es un pésimo testimonio ante el mundo.
Efesios 4:25    “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros  los unos de los otros”

2. Diferentes formas de la mentira y el engaño

El Señor nos enseña a desechar la mentira y el engaño en todas sus variantes y formas.
1ª Pedro 2:1    “Desechando pues toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y todas las detracciones”
Esto incluye:
Falso testimonio, engaño, hipocresía, exageración, calumnias, deshonestidad, fingimiento, incumplimiento, fraudes, falsificación, excusas, doble vida, pecado encubierto, disimulos.
Debemos desecharlas de todas las áreas de nuestra vida, ya sea en el hogar como en el trabajo, con los amigos, la iglesia, la escuela, es decir de todo ámbito y relación.
Nuestra conducta debe caracterizarse por la honestidad, la honradez, la integridad, la sinceridad, la transparencia y la veracidad.
Una sociedad asentada sobre el engaño
Una sociedad asentada sobre la mentira y el engaño está destinada a desmoronarse.  
CAUSAS Y EJEMPLOS DEL ENGAÑO Y LA MENTIRA
Génesis 3: 4    Satanás engaña a Eva para poder destruirla.
Génesis 4: 9    Caín miente a Dios para ocultar su pecado.
Génesis 12: 11 Abraham miente ante el Faraón por temor a que lo maten.
Génesis 27      Jacob engaña a su padre Isaac, para quedarse con la bendición de Esaú.
Génesis 37: 32 Los hermanos de José engañan a su padre Jacob para ocultar su maldad.
Mateo 2:1-12  Herodes engaña a los magos para poder matar a Jesús.
Mateo 26: 59  Los judíos acusan falsamente a Jesús por celos.
Lucas 23: 2     Los judíos acusan a Jesús por celos y odio.
Hechos 5         Ananías y Safira mienten a Pedro y a la iglesia para mostrar una mayor consagración ante los demás.
TAMBIÉN SE SUELE MENTIR POR LAS SIGUIENTES RAZONES
  • Para obtener injustas ventajas económicas, ganancias deshonestas o para robar a otros.
  • para evitar el sufrimiento.
  • para exaltarse a uno mismo.
  • para evitar un castigo o disciplina.
  • por avaricia o amor al dinero.
  • para humillar a otros, por causa de celos o envidia.
  • para aparentar lo que no se es.

3. Dios prohíbe y condena el engaño y  la mentira

No debemos engañar, mentir ni jurar falsamente.
Levítico 19: 11-12 “No hurtaréis y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre,             profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová”
Dios abomina y destruirá al mentiroso y engañador.
Salmo 5: 6 “Destruirás a los que hablan mentira, al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová”
Dios aborrece la mentira y la falsedad.
Prov. 6: 16-19 Seis cosas aborrece Jehová y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras y el que siembra discordia entre hermanos”
Prov. 12: 22 “Los labios mentirosos son abominación a Jehová,  pero los que hacen verdad son su contentamiento”
Dios abomina las pesas y medidas falsas.
Prov. 20:10     Pesa falsa y medida falsa, ambas cosas son abominación a Jehová.
Las mentiras corrompen al hombre.
Mateo 15:18-20 “Lo que sale de la boca, del corazón sale y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios,  las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mateo 7:21-23)
La mentira es la esencia del mismo diablo.
Juan 8: 44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en  la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira”
El engaño y la mentira evidencian la degradación del hombre.
Prov. 26: 24-28 “El que odia disimula con sus labios, más en  su interior maquina engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón. Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación”
“El que cava foso caerá en él y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá. La lengua falsa  atormenta al que ha lastimado y la boca lisonjera hace resbalar”
(Salmo 58: 3, 62: 4, Jeremías 9: 3-6, Ro. 1: 28-32)
Son manifestaciones del viejo hombre que debemos desechar.
Colosenses 3: 9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”
(Efesios 4: 22-25, 1ª Pedro 2: 1)
El engaño hace infeliz a quien lo practica.
1ª Pedro 3: 10 “El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño”
Jesús aborrece y condena la hipocresía.
Mateo 15:7-8  Hipócritas, bien profetizó Isaías cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, más su corazón está lejos de mi”(Mateo 23: 27-28)

Los apóstoles amonestan contra el fingimiento.
Romanos 12: 9 “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno”
(1ª Pedro 1: 22)
Los mentirosos serán condenados al fuego eterno.
Apocalipsis 21: 8 “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras ytodos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda” (Ap. 21: 27 y 22: 14-15)
SIEMPRE DEBEMOS HABLAR LA VERDAD
La posibilidad de comunicar la verdad constituye la virtud esencial de la palabra hablada. El que dice la verdad, se vuelve digno de confianza.
Pero para hablar la verdad, es necesario pensar la verdad y no guiarnos por prejuicios, intereses personales, ilusiones o fantasías.
CRISTO NUESTRO EJEMPLO
Isaías 53: 9 “No hubo engaño en su boca” 
1ª Pedro 2: 22
Juan 18: 37 “Yo para eso he nacido y para eso he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”
1ª Juan 5:20    “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero, y estamos en el verdadero en su Hijo Jesucristo”
Cristo el Señor nos ordena ser absolutamente veraces “vuestro sí sea sí y vuestro no sea no” (Mt.5: 37).
Está preparando para sí una iglesia sin mancha ni arruga (Ef. 5: 27).
Como discípulos suyos y parte de su cuerpo, debemos ser absolutamente veraces, sinceros, honestos, honrados, aun cuando eso signifique sufrir, por hacer su voluntad (1ª Pedro 4: 15-19, 3: 17, Proverbios 19: 22)
El pueblo de Dios debe:
  • Aborrecer la mentira y falsedad.(Sal. 119:104,128,163, Prov.13:5)
  • Orar para ser guardados (Sal. 119:29, Prov. 30:8)
  • Rechazar a los que practican la mentira y la falsedad (Sal.40:4, 101:7, 144:11, Ef.5:11, Ro. 16: 17)
¿CÓMO SER LIBRES DE LA MENTIRA Y DEL ENGAÑO?
Arrepentimiento:
  • Cambiar nuestra actitud y mentalidad con respecto a la mentira y el engaño.
  • Rechazar y desechar la mentira. Desterrarla de nuestra vida.
  • Determinar obedecer a Dios y vivir basados en la verdad en todas
  • las cosas.
  • Disciplinarnos hasta desarrollar una nueva actitud basada en la 
    honestidad y la veracidad.

Confesar nuestro pecado:
(Prov. 28: 13-14, 1ª Juan 1: 9, 2:1) Toda mentira es pecado y debe ser debidamente confesado, aclarando la verdad a Dios y a las personas engañadas.
Cuando la mentira constituye un vicio arraigado en nuestra manera de vivir, debe ser confesado a un hermano maduro y responsable, en busca de reorientación y mayor entendimiento (Santiago 5: 16)
No se puede edificar una vida de veracidad sobre las mentiras y engaños del pasado.
Exhortarnos unos a otros:
(Stg. 5: 19-20, Gál. 6: 1-2, Ef. 4: 25)  Como este pecado afecta a las relaciones entre hermanos, somos responsables los unos por los otros para corregir, amonestar, enseñar, etc.
Juan 3: 20-21  “Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no  viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad, viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”

RESUMEN

Cristo nos ordena ser absolutamente veraces y desechar la mentira en todas sus formas:
(engaño, falso testimonio, hipocresía, fingimiento, exageración, calumnia, deshonestidad, fraude, incumplimiento injustificado, falsificación, disimulo)  y en todas las áreas de nuestra vida, aun cuando eso signifique sufrimiento por hacer su voluntad. toda mentira debe ser confesada, aclarando la verdad a las personas afectadas. El destino de los mentirosos es el infierno.//

LA OBRA DE DIOS Y SU ORDEN




Leer Marcos 6: 7-13; 30-44

1. Arrepentimiento

(Marcos 6: 7, 12) “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos…Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen”
Yendo de dos en dos, los enviados de Cristo fueron a hacer la obra de Cristo.
El Señor envió a sus doce a predicar el arrepentimiento. Arrepentimiento no es sólo el sentir pena, o malestar por el pecado cometido, sino que implica un apartarse de ese modo de vivir.
Vemos que el mensaje del Evangelio empieza con un llamamiento al arrepentimiento verdadero.

2. La obra es de Dios

30 Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado.  31 El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. 32 Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto.
Los discípulos de Jesús hicieron lo que el Señor les encomendó, y así se lo hicieron saber.
Ellos hicieron su parte. Hay una parte que hacemos nosotros como discípulos de Cristo, y el resto ya es la obra directa del Señor.
Dios nos concede el privilegio de participar en Su obra. Es un privilegio porque es por concesión, ya que Dios no necesita a nadie. Pero es Su voluntad que seamos partícipes de Su trabajo.
Cuando hemos hecho nuestra parte, el Señor nos lleva a un lugar de descanso, para descansar “un poco”, y poder ocuparnos de nosotros mismos.

3. La compasión en acción

“Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. 34 Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Mientras los discípulos descansaban, el Señor Jesús siguió ocupándose de la gente.
Lo que motivó el hacer así, fue la compasión.
Vemos que dice que tuvo compasión “porque eran como ovejas que no tenían pastor”.
Jesús veía a todas esas ovejas perdidas de Israel (no eran incrédulos impíos gentiles), y tuvo compasión de ellos, presentándose a ellos como su pastor.
Escribe MacArthur:
“Una imagen del AT utilizada para describir a las personas como indefensas, hambrientas, necesitadas de protección y guía espiritual, expuestas a los peligros del pecado y la destrucción espiritual”.
Muchos siglos atrás, el profeta Micaías fue interpelado por el malvado rey Acab de Israel, sobre si debía o no ir a la guerra contra Siria (cuando no era la voluntad de Dios que así se hiciese). La respuesta de Micaías fue:
“Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz” (1 Reyes 22: 17)
La derrota en lo natural de Israel que vio Micaías en visión, donde estaban todo Israel esparcido por todas partes, sin rumbo ni dirección – como ovejas sin pastor – es la misma (pero en lo espiritual) que veía Jesús en esa multitud congregada en ese lugar desierto.
Esas ovejas sin pastor estaban desorientadas, perdidas, y muy necesitadas de alimento, esta vez, espiritual.
Jesús les enseñó
Jesús como pastor, lo que hizo a todos ellos fue “enseñarles muchas cosas”.
Nótese que esa compasión en primer lugar, no le llevó a ocuparse de sus necesidades fisiológicas, sino a ser maestro de ellos.
Así que Cristo se manifestó a ellos primeramente como Pastor y como Maestro.
Lo primero que necesitaban esas ovejas sin pastor, era que se las alimentase espiritualmente. Necesitaban Palabra de Dios, y Cristo estaba allí para darles esa Palabra.
La prioridad era la enseñanza de la Palabra, antes que cualquier otra consideración, y por largo tiempo; todo el necesario:
“Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada” (6: 35)
Estaban en un lugar desierto, donde no había provisión en cuanto a lo natural, y la hora era ya muy avanzada, por lo tanto la luz del sol pronto iba a cesar. 

4. En situaciones extremas

36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer”:
Se produjo una situación, llamémosle, extrema. La gente la cual se contaba por miles, ahora estaba nutrida espiritualmente, pero tenían necesidad en lo natural. Dios es tanto Dios de lo espiritual como de lo natural. Había niños, mujeres, ancianos, etc. gente con necesidad en lo natural.
A. La respuesta de Dios
“Dadles vosotros de comer”:
a) Respuesta en lo natural:
Esa fue la de los discípulos: 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer”
b) Respuesta en lo sobrenatural:
“37 Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer”
Jesús pidió un imposible en lo puramente humano: dar de comer a miles de personas sin tener nada en la mano prácticamente.
Doscientos denarios era el sueldo de 200 días de un trabajador. Nadie tenía esa cantidad.
Dios a veces nos pide cosas que es imposible que las consigamos por nosotros mismos.
¿Cómo iban esos pobres discípulos a sacar provisión para esos miles de personas congregadas en ese lugar desierto, vacío, a distancia de cualquier lugar habitado y poniéndose el sol?
Sin embargo el Señor les ordenó que les dieran de comer. La orden era clara.
Cuando Dios pide “imposibles”
Pero, ¿Pediría Dios un imposible? No, Dios apura, permite, dirige a una situación extrema, en la que Él siempre pueda glorificarse. Tal fue el caso de Lázaro cuando cayó enfermo:
“Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (Juan 11: 4)
Esta vez fue igual.
Jesús les dio el alimento espiritual, e iba a darles el alimento natural, pero a través de la intervención de sus discípulos.
38 El les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces”
Seguramente eran los restos que les habían quedado a los discípulos después de haber comido ellos en su descanso, posiblemente en el transcurso de su viaje en la barca, o una vez llegados a la orilla.
Esa provisión de alimento no era suya originalmente, sino que era debida a la generosidad de aquellos a los que ellos previamente habían ministrado (el obrero es digno de su salario). Véase:
“Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. 8 Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto” (Mr. 6: 7, 8)
Cinco panes y dos panes era todo lo que podían aportar los discípulos en ese momento, pero el Señor lo multiplicó por, seguramente, dos o cuatro mil (se presupone que podrían ser unas 20.000 personas)
Cuando Dios pide imposibles, es porque Él es el Señor de los imposibles, y ese imposible se hará realidad en lo natural:
“Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. 42 Y comieron todos, y se saciaron”
Jesús es el Hijo de Dios. Con ese acto, estaba diciéndoles que Él es el Creador, ya que de lo que no se veía sacó pan y sacó pescado:
“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11: 3)
Nótese que ese pescado estaría ya preparado para ser comido. El milagro fue completo.
Todos se saciaron, tanto espiritualmente como en lo natural. El milagro fue completo.

5. Cuando el milagro es completo, la abundancia desborda

“43 Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces. 44 Y los que comieron eran cinco mil hombres”:
Esas cestas, siendo doce, posiblemente eran cada una de cada uno de los doce discípulos.
Como dice McArthur, eran las mismas en las que habían traído el alimento para ellos, “eran recipientes pequeños de mimbre como los utilizados por los judíos para llevar comida”.
Cuando el milagro es completo, la abundancia desborda. Esto sigue el mismo principio siguiente: “Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3: 20)
Dios es siempre fiel.

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